Cuatro Días de Ayuno para Renacer: Ayuno.

Ayuno como experimentación | Neurociencia.

Me gusta experimentar. Ponerme a prueba en diferentes áreas de la vida, cuestionar mis límites y observar cómo me permite crecer.

No lo hago por buscar extremos, sino por curiosidad, por aprender, por descubrir cómo reacciona mi mente y mi cuerpo cuando salen de la rutina.

A veces, estamos tan rodeados de estímulos que olvidamos cómo suena nuestro propio interior.

Hace no mucho tiempo decidí vivir una experiencia poco común: pasar cuatro días reduciendo uno de los estímulos más constantes en mi vida, la comida. No lo hice como un reto extremo ni con la intención de recomendarlo a otros.

Lo hice para descubrir cómo afecta a mis emociones, mi toma de decisiones y mi química corporal el hecho de eliminar algo tan básico.

Y aprendí mucho. Aprendí que, cuando reducimos los estímulos externos, lo que realmente emerge son nuestras emociones más profundas. Que la incomodidad no siempre es un enemigo, sino un maestro. Que escuchar el silencio también es una forma de conocerse mejor. Y que a veces, cuando desaparece lo inmediato, es cuando empieza el verdadero diálogo interior.

No fue fácil. El proceso trajo preguntas, incomodidad y muchos desafíos. Pero lo más valioso fue descubrir cómo, al silenciar ciertos ruidos, podemos empezar a escuchar mejor lo que de verdad ocurre dentro de nosotros.

Puedes verlo aquí:

Y entendí algo poderoso:
👉 Que el hambre más profunda no es de comida, sino de desafío, de descubrir hasta dónde podemos llegar si nos atrevemos a romper nuestros propios límites.

Esta experiencia no significa incitar a realizarla y mucho menos sin asesoramiento profesional.

Álvaro Alcázar

Puedes compartir que le llegue esta newsletter con contenido de desarrollo personal, pódcast a personas inspiradoras y novedades de neurociencia con quien quieras haciendo clic aquí.